2 d’octubre del 2010

Poesia pedagògica

Aquest fragment de l'obra Ferdydurke (Witold Gombrowicz) és tot un assaig sobre el que representa  (o suposadament hauria de representar) per a nosaltres la poesia, i sobre el valor i la funció que tradicionalment se li han assignat. En la meva opinió, és un dels millors passatges de la novel·la.

[Lliçó de poesia en una aula de primària. Polònia (abans de la guerra)]

–¡Era un gran poeta! No lo olviden: ¡era un gran poeta! ¿Por qué amamos, admiramos y gozamos? ¡Por un gran poeta! ¡Un gran poeta! ¡Ignorantes, torpes se lo digo con claridad, métanse eso en la cabeza! Otra vez lo repetiré, pues: ¡era un gran poeta! Juliusz Slowacki, un gran poeta. Amamos a Juliusz Slowacki y nos encantan sus poesías porque era un gran poeta y porque en sus poemas vive una belleza inmortal que despierta nuestra admiración más profunda.

A estas alturas de la exposición, uno de los alumnos se movió con suma nerviosidad y gimió:

–¡Pero si a mí no me encanta! ¡No me interesa! No puedo leer más que dos estrofas y aun eso me aburre. Dios mío, socorro, ¿cómo me encanta, si no me encanta?

Se le desorbitaron los ojos y se sentó, sumergiéndose en abismos. Esta ingenua confesión atragantó al maestro.

–¡Cállese, por Dios! Kotecki, ¿quiere perderme? ¡Le pongo un uno a Kotecki! Kotecki, ¡no se da cuenta de lo que dice!

–¡Pero yo no puedo comprender! ¡Yo no puedo comprender cómo es que me encanta, si no me encanta!

–¿Cómo es que no le encanta, si le he explicado mil veces, Kotecki, que le encanta?

–Me lo explicó, pero a mí no me encanta.

–Bueno, éste es asunto privado suyo, Kotecki. Parece que Kotecki no es inteligente. A los demás les encanta.

–¡Doy mi palabra de honor de que a nadie le encanta! ¿Cómo puede encantar, si nadie lee esa poesía, fuera de los escolares, y eso porque se les obliga a viva fuerza?

–¡Cállese, por Dios! Es porque son contados los seres en verdad cultos y a la altura...

–Pues ni aun los cultos. ¡Nadie! ¡Nadie, digo!

–Kotecki, yo tengo mujer y un hijo. ¡Tenga piedad por lo menos del niño, Kotecki!  Kotecki, es indudable que la gran poesía debe admirarnos, y como Juliusz Slowacki era un gran poeta... A lo mejor Slowacki justamente no le conmueve, pero no me diga, ¡oh!, no me diga, querido Kotecki, que no le sacuden en lo más profundo Mickiewicz y Byron, Pushkin, Shelley, Goethe...

–A nadie sacuden. Nadie se interesa, todos se aburren. Nadie puede leer más que dos o tres estrofas. ¡Oh, Dios! No puedo...

–Pero Kotecki, esto es imposible..., esto es inadmisible... La gran Poesía, siendo bella, profunda, inspirada, grande, no puede no conmovernos hasta lo más profundo de nuestra alma.

–Pues yo no puedo. Y nadie puede.

El sudor bañó la frente del maestro. Sacó de la cartera las fotografías de su mujer y del niño y trató de conmover a Kotecki con ellas, pero éste sólo repetía no puedo, y aquel penetrante no puedo se multiplicaba, aumentaba, contagiaba; ya desde todos los rincones llegaban murmullos: nosotros tampoco podemos, y un general nopodermimiento empezó a amenazar desde todos los lados.

2 comentaris:

  1. També, sovint, es forgen petites literatures (i es somnien versos somniats i es projecten projectes de novel·la) entre vies que grinyolen. I es fa com un silenci sord* en caure sobre un xiclet sec a l'andana. I no hi ha tant de soroll però ens encanta.

    *http://misterisquotidians.blogspot.com/2010/09/mar.html

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  2. El tren és un motiu literari altament productiu. En els trens neixen poemes i novel·les. Des del tren es pot veure el mar. De vegades es fa un silenci sord, com a l'aigua, i de vegades sorgeixen converses decisives. Gràcies, Muriel.

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